Archives 2021

COVID 19: afecciones psicológicas a mediano plazo

POR ANTONIO LÓPEZ*

     Han pasado ya casi dos años, desde aquel fatídico marzo de 2020, en el que el mundo se modificó drásticamente. Cambiaron las reglas, las formas de convivencia, se frustró la libertad de andar por las calles del mundo y las acciones del MIEDO subieron de manera exponencial, antes este muy contagioso virus respiratorio. Es cuestión de meses, hizo estragos en todas las latitudes. Hasta que el ser humano, estuvo listo para combatirlo, vacunas mediantes.

     Más adelante, y a partir de la campaña mundial de vacunación, que tanta controversia generó, el ser humano ascendió a una “Nueva Normalidad”. Sin embargo, en esta nueva coyuntura continúan aflorando en muchas personas algunos efectos psicológicos derivados del confinamiento vivido a causa de la pandemia por Covid-19. En términos psicológicos se habla de miedo al contagio aunque, en muchas ocasiones, lo que se tiene es miedo a un nuevo confinamiento y sus posibles consecuencias en el plano económico, social y emocional.

      En una situación como la que estamos viviendo nos ha llevado a romper nuestras rutinas de forma abrupta y esto puede generar un sinfín de emociones negativas como ansiedad, frustración, problemas para socializar, etc. Para afrontarlo, debemos tratar de convertir nuestros temores en un miedo productivo que nos ayude a normalizar la situación con prudencia y respeto hacia los que la afrontan de forma diferente. Se volvió imperioso buscar la forma de recuperar rutinas y aprender a vivir con el Covid-19.

     Pero cuáles son los problemas psicológicos que aún hoy padecen las personas, en todo el mundo, ante la irrupción del COVID 19:

  • Problemas de sueño. A falta de rutinas y ejercicio, y con nuevas preocupaciones e incertidumbres, nos cuesta más dormir.
  • Aumento de adiccionesy hábitos tóxicos. La falta de rutinas también ha afectado al ámbito de los buenos hábitos y aún más ha contribuido la necesidad de “disociarse” o evadirse de todo lo vivido.
  • Problemas para socializaren la “nueva normalidad” por las normas vigentes y, en algunos casos, por miedo a relacionarse con determinados colectivos, tanto por su profesión como por su nivel de riesgo.
  • Problemas de duelo. Más de uno ha perdido a un ser querido durante esta etapa y la imposibilidad de despedirse y hacer los rituales funerarios como de costumbre ha dificultado procesar esta pérdida.
  • Problemas de ansiedad, preocupación recurrente por el futuro, miedo a los rebrotes que se ven en las noticias y miedo a retroceder de fase y perder las libertades que hemos recuperado.

     Todas esas emociones se dan en forma de “rumiaciones” en nuestra mente que, una vez y otra, se acumulan y pueden desembocar en ansiedad y estrés.

     Todos estos efectos pueden darse en mayor o menor escala, pero en cualquier caso la solución pasa por tratar de normalizar la situación para volver a las rutinas y hábitos que nos funcionaban antes del Covid-19.

     Para ello, será necesario aprender a convivir con el virus y gestionar los miedos para alcanzar el “miedo productivo”, que no es más que el temor utilizado de una manera adaptativa que nos ayude a ser prudentes y adaptarnos a esta “nueva normalidad”.

     Una de las claves para ayudarnos a sobrellevar la incertidumbre provocada por tantos cambios abruptos, y por la situación en general, es enfocarse en que esta situación también pasará; es algo transitorio, un ciclo más.

     Además, esta situación debe ayudarnos a ser más tolerantes y respetar todas las posturas que veremos en la sociedad: desde las posturas más temerarias y de personas que no llevan bien las restricciones de libertad, hasta las personas híper prudentes.

      Cada persona gestiona de forma diferente sus sentimientos, y esta crisis en concreto, así que si el nivel de las emociones negativas y sensaciones desagradables ocasionadas por el miedo al contagio o por el miedo a volver a estar confinados es muy alto, es preferible buscar ayuda profesional.

 

*Psicólogo Sistémico, psicoterapeuta familiar, escritor

 

ATRIBUTOS Y SIGNOS DEL LLAMADO DUELO MIGRATORIO

POR EL LIC. LEANDRO A. ALFANO*

      ¿Qué distingue al llamado duelo migratorio? Lo que diferencia el duelo migratorio de otros duelos, como lo son el fallecimiento de un ser querido o haber roto con la pareja, es que se trata de un duelo múltiple, parcial y recurrente.

     Múltiple porque son muchas las cosas que lo motivan y se dejan atrás. El migrante se tiene que despedir de su familia, amigos, costumbres, idioma, paisajes… Y como son muchas las cosas que se dejan atrás es muy fácil que en cualquier momento que se recuerde alguna de ellas la persona sienta el duelo migratorio muy intensamente.

     Parcial significa que siempre existe la posibilidad de volver a su lugar de origen. Por ejemplo, cuando muere un ser querido no hay forma humana de reencontrarse con él, puesto que la pérdida es absoluta y no se le puede resucitar. En cambio, en el caso de la migración siempre existe la posibilidad de volver, porque lo que se pierde, esto es la tierra natal, la cultura, la familia; simplemente no desaparece, sigue ahí, pero está muy lejos.

     Por otro lado, es un duelo recurrente, porque se activa cada vez que se vuelve a la tierra de origen. Suena paradójico, pero lo cierto es que muchas personas al visitar su país de origen para ver familiares o irse de vacaciones cuando vuelven sienten como si estuvieran abandonándolo de nuevo, como si empezaran otra vez. Esto puede pasar incluso aunque hayan construido toda una nueva vida en su nuevo país y les vaya bien. Pero no solo son las visitas las que reactivan el duelo, a veces una simple conversación por videollamada ó ver fotos de la familia, ó del lugar de origen, lo reactivan. En ese sentido hay algo del orden de la retraumatización, que es un concepto del paradigma del Psicotrauma. Esto es, en palabras sencillas, retroceder a instancias de dolor psíquico, basado en lo traumatizante que puede ser la experiencia de migrar.

SIGNOS DEL DUELO MIGRATORIO

     Es importante destacar que el llamado DUELO MIGRATORIO no es ni un trastorno ni una enfermedad. Sí bien es cierto que es un factor de riesgo para desarrollar psicopatología, en sí mismo no es un trastorno mental, sino un fenómeno psicológico muy complejo. Por este motivo, en vez de hablar de síntomas hablamos de signos, entre los cuales podemos destacar algunos más frecuentes:

ANSIEDAD: el más común de los signos. Y está muy vinculada a la caracterización de fenómeno múltiple. La ansiedad es la expresión de la incertidumbre sobre la decisión misma de migrar. ¿Cómo no sentir ansiedad ante tamaña decisión de vida? ¿Cómo no “ponerse nervioso” ante el proceso de desmontar la vida propia, y llevarla a otro destino, que se supone, será más beneficioso para nosotros? Si no hubiera ansiedad, sería preocupante!

BAJONES ANÍMICOS: es importante distinguir la noción de “bajón anímico” de la llamada Depresión. La segunda es una enfermedad, que incluye un conjunto de síntomas, y que no tiene una resolución sencilla. Es muy diferente a los bajones de ánimo episódicos, y que tienen más vinculación a la propia ansiedad que genera tamaño desafío. Los procesos migratorios están plagados de escollos, que permanentemente provocarán fluctuaciones anímicas. Los espacios psicoterapéuticos deben ayudar a los migrantes a lidiar con estos y entender a qué refieren.

SOMATIZACIONES: el migrante puede sentir molestias físicas, como un nudo en la garganta, dolores de estómago, espalda y de cabeza. Fatiga mental ó física. Palpitaciones, opresión en el pecho, todos correlatos de un proceso ansiógeno por definición.

PROBLEMAS DE AUTOESTIMA E IDENTIDAD: es frecuente que cuando el migrante llega al nuevo país no preste gran atención a los sentimientos de tristeza por la pérdida a vivir fuera de su país natal, o incluso las llegue a negar. Es posible que idealice la cultura de acogida, en desmedro de aquella que dejó atrás en su tierra natal.

     El motivo de este pensamiento es fácil de entender puesto que es más fácil adaptarse a un nuevo lugar si pensamos que es el mejor del mundo y nos convencemos de que lo que se deja atrás no vale la pena e incluso nos avergonzamos de venir ahí. Pero pasa que no se deja de ser de ahí, algo que se empieza a ver como muy malo y afecta a nuestra identidad y autoestima. Finalmente, se acabará teniendo un sentimiento de no ser ni de aquí ni de allá. Sólo el paso de las décadas podrán terminar de constituir un arraigo definitivo en el lugar de llegada. Y aún así, quedará establecido un lazo nostálgico con la tierra de origen de ese migrante.

CULPA: si bien este no es un sentimiento que afecte a todos aquellos que migran (hay que recordar que ¡los psicópatas también migran!), suelen los migrantes sentirse culpables por haber dejado a personas significativas atrás, en el país de origen. Se siente como que podrían haber hecho más esfuerzos y habérselas traído consigo o que podría haber intentado otras opciones estando en su tierra natal, aunque eso supusiera tener un nivel de vida muy malo.

FLUCTUACIÓN DEL PROYECTO DE VIDA Y DIFICULTAD PARA LA TOMA DE DECISIONES: el mismo proceso de adaptación migratoria, en los primeros meses o años, suele producir una gran indecisión sobre si quedarse adónde llegamos, ó regresar al lugar de origen. Esto ha que muchas personas demoren en tomar decisiones personales. Por ejemplo, comprometerse con una pareja, tener hijos, prosperar en la profesión, iniciar proyectos a mediano y largo plazo. Estas fluctuaciones se cristalizarán una vez que el migrante haya logrado vigorizar la decisión y las dudes se disipen completamente.

*FUNDADOR DE LA PLATAFORMA www.psicoterapeutasvirtuales.com

 

LOS DUELOS DEL MIGRANTE

POR EL LIC. LEANDRO A. ALFANO*

            Las personas que toman la decisión de migrar enfrentan, en todos los casos, algunos duelos comunes; y desde ya, otros que son individuales, o propios de cada acontecer.

            Migrar siempre significa oportunidad. Como la crisis. De hecho, migrar implica entrar en crisis. El desafío es convertir eso en un nuevo esquema de vida, lejos del lugar de origen, que reditúe psicoemocionalmente lo suficiente, de modo de asegurar el éxito en la decisión.

            En este artículo se describen aquellos duelos que, como denominadores comunes, enfrentan las familias migrantes. O al menos los más recurrentes.

LA LENGUA

El migrante no olvida su lengua, al menos, no de forma automática, pero sí pierde a aquellas personas con las que puede usarla. Se siente frustrado porque no consigue expresarse del todo con la gente del nuevo lugar al que ha tenido que ir, o que incluso todavía tiene que aprender muchas cosas del nuevo idioma para poder sentir que se desempeña en la nueva sociedad en la que vive ahora.

Esto a menudo conlleva a sentimientos de inseguridad y vergüenza, puesto que no sabe la persona cómo transmitir sus ideas y sus sentimientos totalmente. También puede pasar que, aún dominando la lengua, hay ciertos matices de ella que no comprende del todo, como son el sentido del humor o expresiones informales y sociales, algo que es exclusivo de cada idioma y es uno de los elementos que más choque cultural implican.

VÍNCULOS FAMILIARES Y AMISTOSOS

Desde luego, la mayor pérdida vivida por las personas migrantes es la de su familia y amigos. Saben que están vivos, saben que los podrán visitar, pero no tenerlos cerca implica un sufrimiento, a veces marcado. La persona migrante ha dejado atrás todos sus contactos, una red social y de apoyo que se ha ido construyendo a lo largo de muchos años. Aunque pueda llegar a un nuevo país y conocer a nuevas personas, es inevitable sentirse solo, puesto que esas nuevas personas no sustituyen a los amigos de toda la vida. En la actualidad, a partir de la consolidación de la vida virtual, gracias a los dispositivos multimedia, las redes sociales, y el adiestramiento a la distancia física, propinado de manera forzosa por la pandemia de Covid 19, el mundo ha descubierto nuevas lógicas de vinculación. Y por supuesto, que ello redunda en una revinculación con los afectos más apreciados.

ANCLAJES ÉTNICOS

La identidad de uno está muy relacionada con el grupo étnico en el que se ha criado. Dentro de nuestro grupo de referencia nos encontramos en una situación paradójica pero no negativa. Por un lado, somos iguales compartiendo lengua, creencias, raza u otros aspectos, mientras que por el otro se resaltan las características personales de cada uno como son la personalidad y el estatus.

Con la migración la sensación de ser diferentes se agranda y este equilibrio entre la similitud y la diferencia se rompe. En algún momento de la experiencia migratoria, la persona se da cuenta de que por muy integrado que esté en su nuevo país siempre será el extranjero, siempre será distinto, aunque no sufra xenofobia ni sea víctima de racismo.          Además, su grupo étnico de origen empezará a verlo como a alguien extranjerizado, alguien que tiene influencias de otras gentes, que no es “tan nuestro como lo era antes”.

LAS REFERENCIAS CULTURALES

Quien se marcha pierde los referentes culturales, formas de ser que son propias de su grupo étnico o región natal como lo son las normas sociales, el género musical, el sabor de los alimentos, la forma de pensar y las creencias; aspectos que, hasta el día en el que la persona abandonó su país, le acompañaron a lo largo de toda su vida.

EL ESTATUS SOCIAL

En la mayoría de los casos, el migrante empieza a realizar trabajos de menor cualificación en el país a donde ha ido a parar que los que hacía en su país de origen. Los motivos detrás de esto suelen ser variados, pero el principal es su estatus legal, con permiso de residencia limitado o sin papeles y el hecho de que muchas titulaciones extranjeras no son reconocidas en otros países, haciendo que legalmente no se reconozca poseer tal título o cualificación.

Si bien la persona migrante puede esperar a que se le reconozca esta titulación en el nuevo país, el proceso suele ser largo y durante ese tiempo se ve obligado a trabajar en lo que sea para poder sobrevivir. Por este motivo el migrante pierde el estatus, puesto que se tiene que “rebajar” y hacer cosas que jamás hubiera hecho en su país. Aun así, aunque no se dé esta circunstancia, el ser extranjero, la falta de dominio o el acento, suelen conllevar una pérdida de estatus por sí misma.

EL CONTEXTO GEOGRÁFICO

El duelo por la tierra es la pérdida por los paisajes y el clima. Puede que parezca poco importante, que son simplemente paisajes, sin embargo todo el mundo se ha criado viendo la silueta de su ciudad natal, la forma de las montañas en el horizonte, el mar, veranos cálidos o alguna característica paisajística y climática exclusiva de su país. El trasladarse a un lugar en donde esto no está puede causar una sensación de extrañeza y melancolía.

*Coordinador Gral. de la plataforma www.psicoterapeutasvirtuales.com

 

 

DUELO MIGRATORIO, ¿QUÉ ES?

POR EL LIC. LEANDRO A. ALFANO*

     El duelo migratorio es todo un proceso de elaboración, que se da como consecuencia de las pérdidas asociadas al cambio de país o ciudad de origen, es decir, la propia experiencia migratoria.  Este duelo se da independientemente de que la migración haya sido por elección propia, como puede ser buscar nuevas oportunidades laborales o querer aprender idiomas, o si se debe a algún factor externo, como puede ser no encontrar empleo, crisis económicas, políticas y sociales o una catástrofe ambiental en la tierra de origen.

     En el lenguaje popular, el duelo está asociado con la idea de la muerte, algo que es para siempre.  Sin embargo, en Psicología el duelo está relacionado con la idea de pérdida de aquello que más queremos, algo que puede ser temporal. Como seres vivos que somos estamos constantemente ganando y perdiendo cosas, así que es perfectamente normal y común que vivamos duelos.

     Algunos duelos son especialmente duros, como es la muerte de un ser querido, una pérdida permanente y muy dolorosa, pero en otros casos hablamos de cosas mundanas, como pueden ser: perder el empleo o romper con la pareja.

     Entendiendo esto queda claro que la idea de duelo migratorio implica perder algo pero, ¿qué es lo que pierden los que emigran? Pues en verdad muchas cosas. Las personas que se ven forzadas a dejar su tierra natal y van a parar a un país totalmente desconocido sienten como principales cosas perdidas: 1) La Cultura, 2) La Lengua, 3) La Familia, 4) Los amigos, 5) El estatus, 6) el grupo étnico y la tierra de arraigo propio.

     Estos 6 elementos conforman los pilares estratégicos de cualquier psicoterapia que busque realizar un abordaje íntegro de la problemática; así permitir que el Sujeto elabore el duelo migratorio en su conjunto… antes, durante y después de migrar.

*FUNDADOR DE LA PLATAFORMA www.psicoterapeutasvirtuales.com

CORONAVIRUS: el impacto emocional

*POR LA LIC. CLAUDIA GUTIÉRREZ

     Mucho se ha hablado sobre las consecuencias psicológicas del coronavirus y, en este sentido, también hay investigaciones que las enmarcan con datos. En Argentina, el Observatorio de Psicología Social Aplicada de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires viene monitoreando distintos aspectos emocionales de la pandemia desde sus comienzos. 

     En mayo, difundió una investigación hecha entre 742 pacientes que estuvieron infectados. El 24% reportó sintomatología ansiosa severa, el 56,74% presentó puntajes compatibles con un trastorno depresivo mayor y el 39,89% dijo haber cambiado su tendencia a pensar en la muerte y/o en el suicidio a partir de la pandemia. Por otra parte, el 64,4% mostró fallas cognitivas. El 32% dijo hacer tratamiento psicológico y el 67% de quienes no lo hacían consideró necesitarlo. 

     Los expertos de la UBA también consideran la necesidad de que el sistema de salud contemple este aspecto de la pandemia y recomiendan “realizar un especial seguimiento del estado psicológico de las personas que sufrieron Covid-19″.

     Otro estudio, publicado al año del inicio de la pandemia, indagó en las emociones y percepciones de la población en general. La llamada curva de salud mental mostró un cambio de tendencia en cuanto a las emociones negativas respecto de la evaluación que se hizo a los seis meses de la pandemia, pero de todas maneras sigue mostrando valores altos en incertidumbre, preocupación, ansiedad, angustia y tristeza.

Qué se puede hacer 

     La Organización Mundial de la Salud dio recomendaciones para cuidar la salud mental durante la pandemia. Estos son algunos de esos consejos:

  • Mantenerse informado con fuentes confiables.
  • Seguir una rutina. Levantarse y acostarse todos los días a una hora similar.
  • No descuidar la higiene personal.
  • Tomar comidas saludables en horarios fijos y hacer ejercicio en forma habitual.
  • Establecer horarios para trabajar y para descansar.
  • Reservar tiempo para hacer cosas que se disfruten.
  • Reducir la exposición a las noticias e intentar limitar la frecuencia con la que consumen noticias que causan preocupación o tensión. Informarse de las noticias a una hora determinada, una o dos veces al día de ser necesario. 

     Como lo indica la OMS, este conjunto de medidas ayudan a reducir los riesgos de contraer trastornos mentales, como así también, sistemas familiares deficientes, crisis de pareja, existenciales, laborales, en un contexto en el que es preciso conservar y no romper estructuras psicoemocionales.

*Psicóloga, Docente

 www.psicoterapeutasvirtuales.com

LA OTRA PANDEMIA: SECUELAS PSIQUIÁTRICAS DEL COVID 19

POR EL LIC. JOSE ARENAS*

El coronavirus puede dejar muchas y variadas consecuencias a quiénes lo sufren, incluso tiempo después de cursar la infección. Ahora, un nuevo estudio advierte por las secuelas neurológicas y psiquiátricas de la enfermedad, que se suman a los efectos psicológicos que genera tanto en quienes han estado infectados como en el resto de la población. 

Los efectos neurológicos y psiquiátricos del SARS-CoV-2 siempre estuvieron en consideración, teniendo en cuenta los hallazgos en otros coronavirus. Rápidamente, se fueron sumando casos que sostenían esta hipótesis.  Pero una de las primeras evidencias sólidas las aportó un reciente estudio que se publicó en la revista The Lancet Psychiatry que realizaron investigadores de la Universidad de Oxford.  Analizaron los registros de salud electrónicos de 236.379 pacientes mayores de 10, mayoritariamente de Estados Unidos, y analizaron las secuelas que tuvieron, en este sentido, entre el día 1 y el 180 de la infección. 

Los resultados fueron contundentes. Uno de cada tres pacientes que padecieron Covid tuvieron también un diagnóstico de una enfermedad neurológica o psiquiátrica en el transcurso de los seis meses, y el porcentaje se elevó al 46% entre quienes requirieron internación en Terapia Intensiva. 

Los trastornos más comunes

Los investigadores analizaron la incidencia de un total de 14 trastornos en los sobrevivientes del Covid, que pueden agruparse en tres tipos. Las complicaciones neurológicas previas (como el Alzheimer) que elevan el riesgo; las del Covid agudo (como el síndrome de Guillain-Barré) y las que están asociadas al “long Covid”, la persistencia e incluso agravamiento posterior a la infección.

Estos son los problemas neurológicos y psiquiátricos más frecuentes que detectaron en la investigación:

  • Trastornos de ansiedad: 17%
  • Trastornos del estado de ánimo: 14%
  • Abuso de sustancias: 7%
  • Insomnio: 5%
  • Accidente cerebrovascular: 2,1%
  • Trastorno psicótico: 1,4%
  • Hemorragia intracraneal: 0,6%
  • Demencia: 0,2%
  • Parkinson: 0,11%

La gravedad con la que se cursa la enfermedad tiene una relación directa con el mayor riesgo de estas complicaciones posteriores. Los investigadores plantean que los mecanismos potenciales de esta asociación incluyen la invasión viral del sistema nervioso central, los estados de hipercoagulación y los efectos neurológicos de la respuesta inmune.

Por lo tanto, hacen una advertencia sobre lo que dicen estos resultados: “Considerando la dimensión de la pandemia y la cronicidad de muchos de los diagnósticos y sus consecuencias (demencia, ACV, hemorragia intercraneal) es probable que ocurran efectos sustanciales en los sistemas de salud y sociales. Nuestros datos proveen evidencia importante que indica la escala y naturaleza de los servicios que puedan ser requeridos”. 

El Covid, entonces, no solo implica una carga a los sistemas sanitarios en la atención de la infección, sino en los meses posteriores a ella por estos efectos de largo plazo

*Psicoterapeuta – Couch ontológico – Consultor deportivo

www.psicoterapeutasvirtuales.com

El trauma silencioso

POR LIC. LEANDRO A. ALFANO*

Son meses desafiantes; el mundo se encuentra en una transición hacia una nueva instancia de «normalidad». La pandemia, poco a poco, parece controlarse. Y sin embargo, los que parecían haber hecho bien los deberes, comienzan a sentir padecimiento psíquico: ansiedad, angustia, pánico, bajones anímicos. Crisis existenciales. Trauma.

El título de este artículo refiere justamente a lo que parece ser un tipo diferente de trauma. Uno que es bastante infrecuente, y por eso, menos estudiado. Es el llamado trauma acumulativo, o por acumulación. Un tipo de evento traumático que no tiene tanto que ver con la disrupción, es decir, con una imposición tajante (como ser un robo, un atentado, una catástrofe natural). Sino más bien, con un contexto que comenzó a enrarecerse para todos, a partir de marzo de 2020, y que fue haciendo mella lentamente. En silencio, casi que de manera tácita.

De más está decir que me refiero a los sobrevivientes de esta pandemia. No a los que enfermaron gravemente. Menos aún a los fallecidos. Ni a sus familiares. Esos fueron víctimas de un tipo de trauma más frecuente, violento e imponente. Me refiero a la gran masa de personas, en todo el mundo, que fue sumida en este nuevo código de vida recluida, con innumerables reglas nuevas que asumir, y cuyas libertades les fueron postergadas inevitablemente.

Ni aún en los países más desarrollados, ó los que menos postularon confinamiento para sus ciudadanos, esta nueva normalidad, ha sido gratis. Salir encapuchados, con miedo a tocar determinadas superficies, la obsesión por higienizarse para evitar la contaminación. En definitiva, perTodas conductas que se fueron sumando para hacer mella en los humanos. Y traumatizarlos, de manera silenciosa.

Los agentes de salud mental debemos estar muy atentos, a partir de ahora, que el mundo se está vacunando, a las secuelas traumáticas de esta pandemia por COVID-19. Mientras la variante Delta se postula como la nueva candidata a entorpecer el retorno a la «normalidad», los ciudadanos de todo el mundo evidencian síntomas mentales, como consecuencia de haberse visto sometidos a un evento traumático sin precedentes. Por eso, habrá que estar atentos y activar las alarmas a tiempo, contra el llamado Trauma Silencioso.

*Fundador de la plataforma psicoterapeutasvirtuales.com

Atreverse

POR LA LIC. ANA MARIA LAMPERTI*

Porque son días en que deberíamos apelar a todos los recursos que tenemos y, por qué no, descubrir de lo que somos capaces y no lo sabemos.

La «tarea», será buscar el equilibrio entre la desesperanza y la euforia, es decir, “ni esto es para siempre”, ni “pronto todo volverá a ser igual”.

Pero, sin dudas, es una oportunidad excepcional para adentrarnos en nosotros, contactarnos con nuestras emociones difíciles, y empezar a liberarnos de lo que nos molesta, de lo que ya forma surco porque repetimos una y otra vez, en una suerte de loop, como si estuviéramos en piloto automático.

Habrá que preguntarse, ¿es esto lo que quiero para mi vida? ¿Es esta mi mejor versión? No es fácil, obviamente. Nos inclinamos a repetir lo bien/mal aprendido, sin cuestionar nada. Uno hace lo que puede. Más aún, en tamaño contexto difícil. Entonces muchas veces sobrevivimos. Pero ¿qué pasaría si nos damos permiso para soñar y proyectar algo mejor???

Todos los días escuchamos  miles de historias de gente que, por necesidad tuvo que reinventarse, empezar de cero, incursionar en otras profesiones, rubros, trabajos… ¿por qué no?? ¿Por qué esperar un suceso extremo para re pensarnos?  Es  HOY, es  AHORA…

Y si uno solo no puede, entonces queda buscar ayuda. Aún así, nadie podrá hacerlo por uno. No «somos así»..ni «es lo que hay». En todo caso, somos un PROCESO.

Notaremos entonces que no solo yo, también la pareja, la amistad, la familia, es un proceso a revisar, a construir, a corregir o reforzar.

Este «trabajo», SOSTIENE en los tiempos de zozobra mucho más de lo que creemos.

ATREVERSE entonces, que seguramente y  casi sin darnos cuenta, encontraremos más calma en nuestro interior.

*Psicóloga, Couch, Consultora Psicológica Sistémica                                                           

Salud mental y COVID-19

Por Lic. Leandro A. Alfano*

La pandemia de COVID-19 ha afectado a la salud de las personas, pero también a sus objetivos, su dinámica familiar, su rol laboral y su estabilidad económica. En este sentido, constituye una crisis global sin precedentes que ha ejercido un impacto sobre la salud mental a través de múltiples mecanismos de forma simultánea, y que requiere una actuación urgente.

Es un desafío de los profesionales de la Salud Mental, analizar los distintos mecanismos a través de los cuales la pandemia está repercutiendo en el “ánimo mundial”, teniendo en cuenta los determinantes individuales, sociales, familiares, culturales, teológicos, y por supuesto, el contexto económico.

Los cambios abruptos en los hábitos diarios, el miedo al contagio, la posible desconexión de la naturaleza y las modificaciones de los roles familiares (por el teletrabajo, la escolarización en casa o incluso el desempleo) se han traducido a veces en niveles altos de estrés a lo largo de semanas o incluso meses, y han podido provocar ansiedad, depresión y otros trastornos de salud mental. Cabe destacar, además, que durante el confinamiento domiciliario la violencia en el hogar aumentó significativamente, en diversas partes del mundo.

Es preciso considerar los aspectos neurobiológicos del estrecho vínculo entre la enfermedad de la COVID-19 y los trastornos de salud mental. Alrededor del 30-60 % de los pacientes con COVID-19 sufren manifestaciones del sistema nervioso central y periférico. 

Estos problemas de salud mental relacionados directamente con la pandemia irán disminuyendo a medida que se vaya controlando la propagación del virus, pero los asociados al trauma y al impacto socioeconómico de la pandemia aumentarán incluso después de que se haya conseguido la inmunidad poblacional. Las secuelas psíquicas se expanden en el tiempo.

Algunas medidas pueden ser tomadas y promovidas de manera inmediata, y ponen especial atención en los colectivos que presentan un mayor riesgo de sufrir trastornos de salud mental: niños y niñas, adolescentes y personas jóvenes, mujeres, personas mayores, personas con problemas de salud preexistentes, personas migrantes y refugiadas, y personas que trabajan en primera línea sanitaria y en trabajos esenciales.

En este escenario, son miles las personas de todo el mundo, que se han volcado a la consulta psicológica, sirviéndose de los diversos soportes virtuales, con el fin de mitigar y atenuar los marcados conflictos psicoemocionales, derivados del SARS –COV 2.

*Fundador de la plataforma www.psicoterapeutasvirtuales.com  

TRES ASPECTOS IMPORTANTES DE UN ENCUADRE VIRTUAL

TRES ASPECTOS IMPORTANTES DE UN ENCUADRE VIRTUAL

            Los siguientes son algunos de los criterios más importantes, a la hora de elaborar un encuadre virtual de psicoterapia. Estos criterios también aplican a la contratación de servicios de Couching, ya sea que refieran a desarrollo personal, como también a los destinados a empresas y organizaciones.

 

1) Respeto mutuo por los tiempos establecidos para las sesiones: evitar, tanto terapeuta como consultante, romper la puntualidad para el trabajo terapéutico.

 

2) Comodidad bilateral del espacio terapéutico: es importante que, de ambos lados de las video consultas, los actores se encuentren cómodos durante el tiempo de trabajo. Una silla cómoda, evitar los ruidos molestos y la privacidad, son aspectos que siguen siendo fundamentales a la hora de armar un buen encuadre. Un ejemplo sencillo y elemental: evitar sostener el celular con la mano. Esto, con el correr de los minutos, termina siendo insatisfactorio para ambos. Los movimientos de la mano, provocan variaciones bruscas de la imagen que recibe el interlocutor; lo cual distrae e incomoda.

3) La conectividad: no caben dudas que este nuevo actor, es sin dudas, el factor decisivo en la mediatización del espacio terapéutico. Es lo novedoso. Y decisivo. Contar con un buen soporte del servicio de Internet, es crucial para poder verse y escucharse, mutuamente. Esto también hace a la comodidad y buen establecimiento del espacio.

 

Lic. Leandro A. Alfano

Psicólogo

Psicoterapeuta

Investigador en Psicofarmacología

Consultor de Trauma

Whatsapp
Atención las 24 horas
¡Hola! ¿Cómo estas? ¿En qué podemos ayudarte?