Archives mayo 2022

ORÍGENES DE LA PSICOTERAPIA ESTRATÉGICA BREVE

Por el Lic. Leandro Alfano*

           Este artículo podría inaugurar un sinfín de publicaciones sobre este modelo psicoterapéutico tan revolucionario a mediados del Siglo XX. Hoy desprovisto de su carácter novedoso, es, en mi práctica profesional, el más pragmático y celebrado por cientos de consultantes, que he recibido en mis consultorios, presenciales y virtuales, a lo largo de estos 15 años.

            La teoría sistémica y de la comunicación es tan lógica y racional, que ayuda a las personas a dejar de autoengañarse, y preguntarse rápidamente: ¿quiero cambiar? ¿quiero seguir sintiéndome mal? ¿puedo ser lo suficientemente optimista, como para emprender la compleja empresa de buscar finalmente mi felicidad?

            Si bien cada escuela teórica, pasada por el filtro personal de cada estilo individual terapéutico, sufrirá lógicas deformaciones; con los aportes que he incorporado de la terapia cognitivo – conductual, el modelo de la Terapia Estratégico Breve, alumbrado por Milton Erikson  y Jay Haley, ha sido el mejor formato de abordaje del pesar humano. Para el usuario común, conocer algunas nociones básicas, puede ser necesario para elegir este método eficaz y probado por más de 60 años.

            El concepto de Brevedad también es particularmente interesante. Porque una terapia breve podría durar un lustro. De hecho, tengo consultantes que llevan más de 10 años en sesión. Pero Breve refiere a la intención, desde el minuto 1, de ir directamente al foco del problema. En  el Presente. ¿Qué te trae a la terapia hoy? ¿Qué te está quitando la posibilidad de ser feliz? El objetivo, en todos los casos, será resolver estos escollos de la manera más brevemente posible. Una vez que esto ocurra, la relación terapéutica puede ser indisoluble, o de larga data.

         En primer lugar, la terapia estratégica no es una doctrina o teoría particular, sino que abarca varias modalidades de terapia cuyo común denominador es que el terapeuta asume la responsabilidad de influir directamente en la gente, es el iniciador de lo que ocurre en la sesión y elabora un método particular para cada problema. Su tarea consiste en identificar problemas solubles, fijar metas con respecto a ellos, diseñar intervenciones que apunten a dichas metas, examinar las respuestas a fin de corregirse y evaluar el resultado de la terapia para ver si ha sido eficaz.  Milton H. Erickson es conocido desde hace largo tiempo como el más importante especialista mundial en hipnosis médica; dedicó su vida al estudio experimental y el uso terapéutico de la hipnosis, aportándole a la vez una expansión conceptual que la hizo trascender los límites de un ritual para convertirla en un estilo especial de comunicación. Menos difundido es su enfoque estratégico de la terapia, con o sin el empleo formal de la hipnosis. Tal enfoque puede concebirse como una extensión lógica de la técnica hipnótica. Esta fomenta la habilidad para observar a las personas y sus complejos modos de interacción, para motivarlas de manera que sigan directivas y para influir en ellas mediante las palabras, la entonación de la voz y los movimientos del cuerpo. También alienta la concepción de que la gente es modificable y el espacio y el tiempo personal son maleables, y suministra ideas concretas acerca de cómo dirigir a otro individuo para que se vuelva más autónomo.

       Por su parte, Jay Haley descubrió en Erickson a un maestro singular, dotado de un estilo realmente original que nunca fue objeto de una adecuada exposición. Producto de sus encuentros, escribe su obra cumbre “Terapia para resolver problemas”, la que ofrece abundante material de casos que abordan casi todas las etapas del ciclo vital de una familia: el período del galanteo y la modificación que él implica en el adulto joven, el matrimonio y sus consecuencias, el nacimiento y separación de los hijos, la madurez de la vida conyugal, los problemas de la vejez y el retiro de la vida activa.

*Coordinador General de la plataforma www.psicoterapeutasvirtuales.com

Psicólogo argentino – Psicoterapeuta

 

DIFERENCIAS ENTRE PSICOTERAPIA Y COACHING

POR MABEL LÓPEZ*

       El Coaching se ha puesto de moda en los últimos 15 años en todo el mundo. Esto, en principio, podría pensarse como un fenómeno que va en desmedro de los profesionales universitarios de la Psicología. Esto ha hecho que muchos psicólogos y psicoterapeutas debieran aggiornarse e instruirse en las herramientas del Coaching. Algunos miran la práctica del Coaching con temor a que su profesión quede desvalorizada, frente a esta nueva forma de desarrollo personal e institucional.

       Por ello, en este artículo, intentaremos empezar a marcar algunas diferencias sustanciales, entre un profesional de la Psicología, y un Coach, que con sólo recibir una Instrucción acotada, quedará dotado de algunas herramientas básicas para buscar un cambio significativo en la vida de las personas y las instituciones.

       Un coach es experto en tecnología comunicativa para hacer descubrir los objetivos y acompañar al cliente en el compromiso de lograrlos. En este sentido, el coaching es una herramienta metodológica más de la psicología, aunque por las vicisitudes del mercado la etiqueta coaching se ha hecho un hueco fuera de la psicología, cosa que ha permitido que personas no graduadas en psicología ofrezcan los servicios de coaching gracias a diferentes certificaciones emitidas por las propias empresas de formación.

       Un psicólogo ofrece las garantías de una formación universitaria y de formar parte de un colectivo con un Colegio Profesional desde donde se marcan las directrices éticas y deontológicas, cosa que asegura al cliente la seriedad y profesionalidad del servicio.

       El psicólogo está entrenado por defecto en las técnicas comunicativas y de entrevista, pero además y a diferencia del coach no psicólogo, tiene conocimientos de los procesos psicológicos, cosa que le permite interpretar mejor la personalidad del cliente o los mecanismos mentales que le acompañan en los problemas que motivan la consulta.

       Pero hay más ventajas. El psicólogo, a diferencia del coach (si ejerce el Coaching de forma rigurosa), puede ofrecer al cliente diferentes metodologías de intervención, de acuerdo a su enfoque. Puede prescribir tareas, aconsejar o dar pautas de actuación, entrenar habilidades o recursos, etc., en definitiva intervenir de forma directa. Si usted acude a un coach no psicólogo que interviene directamente sin limitarse a sugerirlo a partir de la conversación, cuidado porque puede que se esté extra-limitando haciendo cosas por las que no está preparado.

       El problema radica en la forma de vender el coaching. Mientras la Psicología se rige por los principios formales marcados por el Colegio profesional, el Coaching tiene la libertad propia de una profesión no regulada formalmente, lo que provoca que los coaches no psicólogos ofrezcan servicios por los que no están preparados, usen testimonios «sospechosamente» favorables, y utilicen tarifas a menudo desmesuradas, más como estrategia de marketing que no correspondiéndose a la calidad del servicio y la experiencia del profesional.

      En síntesis, podríamos afirmar que el coaching aplica algunos recursos de la psicología, pero la psicología va mucho más allá que el coaching.

*Psicoterapeuta Sistémica

Psicóloga/Coach

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