Covid-19 en la salud mental de niños y adolescentes
POR MARA PASTORE*
Expertos de la Salud Mental aún se preguntan e intentan bosquejar cuál es el real impacto en la Salud Mental, a nivel mundial, que terminará causando la pandemia por Covid-19. Y aquí hay dos posturas bien dispares: una que considera que los efectos de la pandemia están comenzando a mermar; lo que podríamos pensar cómo una postura optimista. Y una segunda postura, más conservadora, que aún desconfía de las consecuencias mentales futuras, para el común de la población mundial.
Por supuesto que no todo el mundo va a sufrir las mismas consecuencias. Las condiciones de subsistencia durante la pandemia no fueron iguales para todos los pobladores de este planeta. Por señalar un elemento sencillo, no es lo mismo aquel que pudo atravesar el aislamiento y distanciamiento social, en una casa grande, amplia, con espacios verdes, etc; que aquel que lo hizo en un departamento de dos ambientes. Y este es sólo un llano ejemplo de disparidad.
En este contexto, algunos científicos resaltan que el impacto negativo de la pandemia por Covid-19 en la salud mental de jóvenes y adolescentes se verá reflejado en máximo tres años, derivado del aislamiento social y el aumento en el consumo de sustancias tóxicas.
Éstos aseguran que la trayectoria anormal en la madurez de los jóvenes durante estos casi dos años de contingencia sanitaria, sorprenderá a la sociedad y a los especialistas en la materia.
Como resultado del aislamiento social, los hogares que de por sí ya eran disfuncionales ahora lo son más, por lo que deberán implementarse mayores estrategias de prevención y tratamiento para mitigar el impacto de esos fenómenos y factores.
Indican que en este período se ha registrado un mayor abuso de sustancias legales e ilegales, sobre todo de anfetaminas, metanfetaminas, cocaína, pasta base y heroína.
También se ha documentado el riesgo de Covid-19 en pacientes con trastornos mentales por el uso de sustancias como: drogas, alcohol y tabaco, pues en caso de contraer el virus pueden tener complicaciones cardiacas, pulmonares o cerebrales.
A lo anterior hay que sumarle el aumento del estigma, encarcelamiento, hacinamiento, problemas habitacionales y de transporte, falta de acceso al sistema de salud y medicamentos.
La Adicción es un trastorno mental, producto de fallas en el cerebro asociadas a una discordancia evolutiva, errores de desarrollo y por eventos abrumadores.
Hoy en día se sabe que el cerebro humano está en un proceso activo de desarrollo de maduración neuronal, particularmente entre los 5 a los 20 años; por tanto, entre la pre-adolescencia y la adolescencia se da el momento pico para la aparición clínica de la mayoría de las enfermedades mentales, entre ellas: trastorno de déficit de atención, ansiedad por uso de drogas, del estado de ánimo y esquizofrenia.
Es decir, las influencias tóxicas relacionadas con la exposición al uso de drogas, bullying, abuso físico, entorno familiar, pánico, ansiedad, que el adolescente reciba durante esta etapa, abonarán a un impacto más profundo de problemas conductuales.
Siempre los más vulnerables corren más riesgos de recibir los impactos negativos a nivel psicosociales. Y vaya que la pandemia por Covid-19 lo ha sido. “Psico” porque ha desafiado la psiquis de las personas, a adaptarse a un contexto de vida basado en el repliegue y el aislamiento; “Social” porque el Coronavirus ha redefinido, en muchos aspectos, la modalidad de vínculo con los Otros. Más aún, muchos creen que esas modalidades se han instalado de forma definitiva.
*Psicóloga – Psicoterapeuta Familiar